Llegan las esperadas vacaciones y, con ello, el tiempo de la pausa. Benditas pausas. En esta sociedad de locos quizás hemos elevado tanto la sofisticación de las cosas que lo más sencillo y valioso pasa inadvertido a nuestros ojos. Nos referimos a algo tan poco pretencioso y, sin embargo, tan esencial como los descansos, las treguas, los paréntesis. Estar a cubierto del cortisol, del reloj, de las prisas, de la hostilidad y del ‘lo quiero para antes de ayer’. Este verano procurad vivir alejados de la urgencia, de la inmediatez y de las pantallas y brindaros el gusto de no hacer nada. De dormir más. De enterraros en sábanas. De afinar el oído y escuchar qué es lo que vuestro cuerpo susurra. Y si lográis hacerlo, habréis conseguido algo muy valioso.
¡Felices vacaciones a todxs!